¡SE NOS ESCAPO LA TORTUGA!

Y cuando el deporte parecía volver a retomar su lugar, otra vez empieza alejarse por duras realidades.

Y mira que le metimos de igual a igual, eso pensábamos; pero nos metió en su juego y quiere empezar a festejar. Aún se puede ganar, pero ya nos sacó el INVICTO, el mismo que tanto defendiamos y glorificabamos.

Se nos escapó la tortuga sin dudas!!!

Sentimos y vivimos todo el tiempo como si estuviéramos en una cancha o competencia deportiva, donde aparecen los famosos vendehumos, vemos a los tribuneros, ignoramos a los del banco, confiamos y desconfiamos en la seguridad, no valoramos al de emergencias, escuchamos a técnicos desobedientes y no respetamos las órdenes del silbato.

Nos llenan de publicidad y campañas, aparecen los hueveros y el cobarde, el positivo, el negativo, el hincha pierde su cordura, las tácticas fallan, mientras el relator advierte los errores, pero ya es tarde.

Se analiza el calendario, los rivales más complicados a vencer, el evitar viajes, los odios, rencores y las virtudes del plantel, ya no se puede abrazar ni besar en cada grito de gol o tanto anotado.

Corren los minutos y los esfuerzos son olvidados, los sacrificios fueron en vano, aparecen el silencio, la astucia, la cobardía, los descontroles, las imitaciones, la injuria y empezamos a desobedecer otra vez las reglas de juego.

Sobrevaloramos el partido, empezamos solidarios en las acciones, corriamos para el mismo lado, aplaudiamos a todos. Mientras sobresalian los nuevos ídolos, empezaron a aparecer factores externos, las tribunas se llenaron de venganza, de desamor, sonrisas esporádicas, temores, burlas e insultos destructivos.

No hay quien no se acuerde de los dirigentes, para bien o para mal, pidiéndoles respuestas, viendo sin poder hacer nada algunas decisiones torcidas y sin sentidos. Los tildan de culpables, porque la institución no crece, porque a los jugadores le faltan muchos insumos, no llegan a fin de mes, esos mismos que corren y juegan ya no sonríen en la cancha.

Vemos a hinchas agraviar con insultos, gesticular feo viendo el teléfono, se dan vuelta para mirar las cabinas, los jugadores no entienden que pasa, pero ellos sí. Se cansaron de que informen mal y relaten pésimos los señores del micrófono. Estallan las radios, las redes, la TV, la web, estalla el estadio, ya no quieren escuchar más mentiras que dañan el doble, solo verdades que sanan.

El partido entro en receso, los deportistas ya se fueron a los vestuarios, se resguardan de lo feo que se puso todo, es momento de repensar, de reflexionar, de ver las negligencias y la falta de conciencia, de imaginar culpables, usar la empatía tal vez.

Los jugadores y jugadoras saben que están siendo derrotados, duele. Pero saben que tendrán que rendir el doble en la segunda etapa, tratar de salir del empobrecimiento y del fondo de la defensa. Es momento de empezar a trabajar bien el encuentro de una vez por todas, para ser realmente ganadores y así evitar levantar los brazos y señalar en cada gol al cielo.

Empieza el segundo tiempo. Nadie nos quita el sueño de la victoria….ni un virus odioso.

Esperaremos el resultado final….

En el relato contextualizado, vemos como el deporte sigue intacto en nosotros, aunque muchos no lo quieran ver.

Los amantes y trabajadores del deporte, hemos sido muy lastimados, como nunca. El remo constante, el positivismo y la esperanza se fueron derrumbando, nuestras fuentes laborales se vieron impactadas y las familias aún lo siguen sintiendo. Resignamos mucho y dolerá seguir resguardando, cuando otros no lo hacen.

Redoblaremos la apuesta de cuidarnos, pero no se olviden de nosotros.

Cuando parecía que volvíamos….se nos escapó la tortuga, dijo una vez alguien con razón, uno que supo vencer y se derrotado por muchos virus.

Camilo Gómez. ✍🏻

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